Resumen Tema 2


TEAMA 2
·       Capítulo 1:
LABOR Y DEBERES DEL PSICÓLOGO DEPORTIVO
El psicólogo en su labor deberá de estudiar las interacciones que se dan en el deporte y/o que afecten a la práctica deportiva; evaluará, valorará, asesorará e intervendrá directamente o a través de otros, en la prevención, estudios de la relaciones practicante-profesor o entrenador, entre participantes, actividades y/o actitudes frente a árbitros, público, padres, dirección de escuelas deportivas, diseñará planes de actuación para mejoramiento del rendimiento deportivo, aprendizaje de técnicas, relaciones de grupo, y muy importante, no deberá de olvidar que su trabajo es exclusivamente de apoyo a la práctica deportiva.
Cuando sea consultado, sobre casos que puedan requerir una ayuda, o tratamiento especializado, fuera del ámbito deportivo, deberá orientar el caso hacia un profesional o profesionales que puedan tratarlo adecuadamente.
Cabe destacar los rolles que adquiere un psicólogo deportivo en este campo:
1.       Formador, de las personas que tengan contacto con la actividad física o la práctica deportiva, usando sus conocimientos para que los que participan directamente se puedan beneficiar de sus conocimientos.
2.       Asesorador, de todos aquellos que se relacionen con la práctica, ofreciendo una evaluación científica y aportando si se le pide, las posibles soluciones.
3.       Interventor, como agente directo o indirecto del cambio que se pretende, tanto a niveles individuales como de grupo, siendo estos roles, por supuesto, partes de uno sólo.
 COLABORACIÓN PSICÓLOGO-PROFESOR
Debido a que se trata de una relación entre profesionales y que ambos se ocupan de la evolución motriz, siendo su base común y principal la educación, es de fundamental importancia la perfecta relación entre ellos, dado que del intercambio de conocimientos surgirá la solución de casi todos los problemas.
Una línea importante de puesta en común, serían las tareas de investigación conjunta, con la única finalidad de aplicación directa a la práctica, no quedándose de esta forma en el campo de la pura especulación teórica.
Una relación rica por su intercambio, favorecerá de forma total la interconexión de dos niveles distintos de organización, dado que al observarse el objetivo de trabajo desde dos puntos de vista diferentes pero al mismo tiempo complementarios, estas opiniones al juntarse llegarán sin lugar a dudas a conseguir los objetivos deseados.
CLASIFICACIÓN PSICOLÓGICA DE ALGUNOS DEPORTES
Desde el punto de vista de la competición deportiva, al margen de las múltiples y distintas ofertas que puedan ofrecerse en los distintos deportes, nos hemos basado y tomado como guía la clasificación que efectuó el Dr. Riera en 1.985, que se establece en base a la función de los parámetros de cooperación/oposición, teniendo en cuenta, como el mismo autor apunta, que en cada deporte pueden aparecer todos los tipos de interacción
·       Capítulo 2:
LA EDUCACIÓN FÍSICA EN LOS CENTROS DE INICIACIÓN DEPORTIVA:
“EL DESARROLLO PSICOMOTOR”
Desde el punto de vista de la Psicología Deportiva, debería de existir una correlación entre el período de la fase evolutiva y el de la fase física, con el fin de poder diseñar ejercicios y solicitar ejecuciones que puedan estar al alcance de todos los practicantes.
El primer problema con el que nos encontramos es siempre el de la edad, motivo por el cual deberemos de realizar una división por edades, dado que la evolución esta es siempre individual, varía según sexos, el sistema y la bibliografía que usemos dependiendo de la escuela o autor de la misma, nos enfatizarán o puntualizarán unos u otros aspectos evolutivos.
Periodos:
a)      DE 7 A 11 AÑOS: INFANCIA
Los progresos en el desarrollo motor son rápidos, posee ahora un mayor control sobre sí mismo, tanto en el aspecto emocional como en el propiamente motor, así que suele mostrar un fuerte interés por lo dinámico y las actividades físicas; le gusta medirse con los demás, mostrar su fuerza y habilidad, es una forma de vivir su ego, de reforzar su personalidad e independencia.
La estabilidad, el desarrollo del equilibrio, la coordinación dinámica, su cada vez mejor sentido de la orientación y de la colocación, le hacen un deportista cada vez más capaz, con mejor posición en el campo de juego, con visión anticipatoria de la acción, que unida a su mayor capacidad de reacción, le convierten en un ser que puede realizar aprendizajes técnicos cada vez más complejos, aplicables a cualquier tipo de deporte, tanto individual como colectivo, dado que puede ocupar un lugar en el terreno comprendiendo fácilmente su misión.
b)      DE 11 A 15 AÑOS: PUBERTAD
En esta fase entran ya en el período que Piaget ha dado en denominar de operaciones formales, lo que supone importantes aportaciones en su pensamiento. Puede llamar la atención las diferencias que se van estableciendo a nivel fisiológico y anatómico etc. Estos cambios en el ego corporal, tienen su lógica respuesta en la personalidad. Su sistema hormonal, en plena ebullición, conlleva una aceleración del ritmo del crecimiento, en peso y estatura, textura de la piel, el vello, la sensibilidad por lo corporal, le hace vivir en un universo confuso que puede generar conductas agresivas, las cuales deben de tratarse con suma delicadeza y cuidado.
Esto le hace refugiarse en ambientes por él creados, como el clásico grupo de amigos.
Los cambios en la corporeidad afectan a sus posibilidades biomecánicas, lo que repercute en deportes de palanca.
Los casos particulares son importantes a su edad, pero el tratar de formar deportistas de élite en este momento, se encuentra inicialmente contraindicado.
c)       DE 15 A 18 AÑOS: ADOLESCENCIA
Es la fase de continuidad de la pubertad pero con una fuerte variabilidad personal, en donde el estatus económico-social, puede influir claramente en la elección de deportes de competición.
Si el proceso de adaptación, seguimiento y motivación hacia la actividad física y el deporte ha sido el adecuado, nos encontraremos con deportistas bien formados, dispuestos para la práctica deportiva, pero no deberemos de intentar sacarles un máximo rendimiento de forma inmediata.
El adolescente puede pasar (y de hecho pasa) por momentos realmente difíciles, momentos en que la autoridad del adulto es, y de forma casi continuada, puesta en tela de juicio; conflictos con padres, entrenadores, árbitros, jueces, público, etc., punto este en el que debemos extremar las precauciones que en el campo deportivo puedan generar cualquier tipo de conflicto.
A partir de la fase de pubertad y en su evolución natural, la adolescencia, para aquellos chicos y chicas que por su dedicación a la actividad física y el deporte le sea necesaria para su completa formación la colaboración de un; psicólogo, pedadogogo o persona cualificada en la necesidad, el profesor que tenga conocimiento de ello deberá de colaborar poniendo a su disposición estas personas.
Los especialistas Le Boulch, Bruner, Picq, Bayer, Maslow, Frostig, Cratty y otros han propuesto, cada uno en su país correspondiente, desde la perspectiva que sustenta su teoría, y desde su modelo de estudio de la conducta humana, que la educación psicomotriz se debe encontrar desde un principio en los programas escolares, dado que los estudios que se han realizado, salvando los problemas de epistemología y de diversidad terminológica, han demostrado su importancia y repercusión en el hecho educativo.
La psicomotricidad, educa en el movimiento, en la libertad, en el juego, frente a una intelectualización excesiva que puede en muchos casos, unido a otras variables, abocar al fracaso escolar.
Un breve repaso del trabajo psicomotor, nos pondrá de manifiesto su valor:
·         Conocimiento del propio cuerpo
·         Ritmo espontáneo o impuesto
·         Coordinación dinámica
·         Orientación espacial
·         Orientación temporal
EL JUEGO COMO FUENTE DE TRABAJO
Alguna vez hemos oído, esa historia, verdadera o no, de un atleta que intento ejercitarse paralelamente a un niño jugando a lo mismo que el, haciendo sus movimientos, siguiendo su ritmo, hubo de desistir; la energía del niño, su sentido natural del juego, llevó al atleta a abandonar el intento.
El deseo de jugar, nos ofrece una fuente inagotable de recursos, una simple modificación del espacio, del tiempo, de los útiles, nos variará las características del mismo, y ello nos permitirá trabajar de diversas formas.
Existe una gran diversidad de juegos, unos reglados y otros no, que pueden ser un eficaz vehículo para desarrollar las cualidades físicas, motoras y morales del niño.
Al convertirse cada vez más en adulto, el juego le enseñará a cumplir unas reglas, simples al principio, más complejas al final, que le ayudarán a comportarse, mas tarde, conforme a un reglamento, obteniendo con ello autodisciplina y control.
·       Capítulo 3:
LA COORDINACIÓN ENTRE MENTE Y CUERPO
El ser un deportista mejor no significa necesariamente el tener que esforzarse hasta un grado superior al natural y el cual llegue a estar fuera del alcance de las posibilidades reales. Supone para ello establecer cuáles son las facetas que hemos descuidado o ignorado en una anterior preparación y adiestramiento; así, conviene planificar la forma de utilizar la capacidad mental en los programas de adiestramiento, lo cual significa desarrollar estrategias que han de permitir participar en la competición con el adecuado estado de ánimo y que nos lleve a alcanzar los niveles más elevados y uniformes. Si realmente estamos interesados en sacar el máximo rendimiento del esfuerzo que se realiza no podemos considerar a este como una combinación de factores aislados que se unen a través de un misterioso o casual medio y que sin saber ni cómo ni porque, se unifican por sí solos el día de la competición.
Un rendimiento uniforme dependerá de cómo aprendamos a regular nuestros conocimientos, desde un punto de vista de perfecto entendimiento durante la competición.
El continuo hecho de que muchos deportistas muestren en pruebas previas y entrenamientos un elevado nivel de rendimiento, pero no consigan llegar al mismo durante una competición debe ser causa de preocupación. Cabe especular con el hecho de que algunas personas de forma sistemática y voluntaria bajen de rendimiento cuando entran en una competición de nivel medio/alto, esta anomalía no suele presentarse en los entrenamientos, pero sí en la competición, por lo tanto el entrenador ha de comenzar a buscar el motivo por el cual se da esta circunstancia, y una vez localizada aplicar de forma contundente los medios para su total eliminación. La mejora del rendimiento no se consigue aislando el cuerpo de la mente, incluso en el caso de que esto fuese posible en casos normales, mejorar el rendimiento y eliminar el anormal descenso de su nivel, implica un adiestramiento total de la persona e incluye dotarla de conocimientos y estrategias que no sólo guardan relación con un mejor rendimiento, sino también con capacidades diversas en el ámbito físico. Los descensos de rendimiento causados por pequeños errores mentales debidos especialmente a una programación deficiente, o a una interpretación errónea de claros indicios e incluso a una ausencia de participación o interés en una competición específica, no se pueden corregir exclusivamente con la repetición de cierto tipo de ejercicios físicos.
Cuando nos quedamos sin aliento en una situación de competición muy cerrada, ello se debe a que nuestro marco de referencia psicológica se interfiere con nuestra capacidad de actuación.
El conocimiento general de entrenadores y deportistas respecto a estrategias y técnicas de preparación psicológica virtualmente no existe. En realidad la mayoría de nosotros somos conscientes de esta carencia a la vez que reconocemos que es una necesidad, pero es poco lo que hacemos para corregir la situación debido en gran parte a que no sabemos cómo y lo que es peor en muchos casos, no queremos saber, por no reconocer nuestra ignorancia en este campo.
Tanto los entrenadores como los propios deportistas siempre han tratado de desviar su fracaso hacia otros puntos, para de esta forma salir del paso sobre la deficiencia de su actuación y preparación, aplicando unos términos tanto deportivos como psicológicos bastante vagos sobre la conducta, casi siempre se culpa en el aspecto deportivo y como norma base la actuación arbitral casi nunca se suele reconocer la supremacía del contrario.
En el proceso encaminado a desarrollar conocimientos y estrategias para enseñar formas de control de la conducta en el deporte, es necesario comprender las situaciones que resultan características en deportes específicos y las conductas que son propias de las actividades deportivas en general. Resulta cada vez más obvio que es necesario entender las exigencias de conducta que recaen sobre nosotros para poder dominarlas. Es preciso que entendamos lo que debemos hacer. Además, también es imprescindible que contemos con cierta percepción de las situaciones posibles que pueden presentarse en nuestro deporte.
Estos momentos de ansiedad, que pueden ser de verdadero dramatismo dependiendo de que situación se trate, supone una interferencia en el rendimiento a cualquier nivel, si bien los deportistas que siguen actuando con cierto grado de uniformidad, a pesar de su estado de ansiedad, son los que, de una forma u otra, han aprendido a dominar la situación. No obstante y por desgracia son muy pocos a los que se les ha impartido un entrenamiento específico sobre las estrategias a seguir en el caso de aparecer esta situación, entrenamiento que no sólo les pueda permitir dominarla si no también superarla, a la vez que poder mantener un cierto nivel de rendimiento mientras esto ocurre. Es un entrenamiento altamente delicado y puntualmente específico, motivo por el cual debe ser totalmente personalizado, no pudiendo bajo ningún concepto ser generalizado, dado que cada persona responde de forma diferente ante cada situación.
Existen multitud de sistemas propios utilizados por deportistas para llegar a ese autodominio de situaciones.
Todos los sistemas corporales se orientan hacia una óptima función en beneficio de una mejor protección, y es preciso añadir que estas respuestas se presentan ante una situación de temor real respecto al bienestar mental o físico, o simplemente con la percepción de dicha amenaza.
La práctica de un deporte debe considerarse desde una perspectiva global para integrar lo que se conoce como pensar con los músculos, y que resulta necesario para alcanzar unos niveles potenciales de actuación.
Conviene destacar que, durante las dos o tres primeras semanas, puede existir una evidencia muy escasa o nula de resultados positivos, e incluso en el caso de existir no notarla.  A medida que vamos adquiriendo mayor cantidad de conocimientos, muchas de las reacciones tienen un consecuencia apenas perceptible hasta el punto de que el propio interesado no las llega a presentir aunque si nota algo, salvo lógicas y puntuales excepciones. Al mismo tiempo hay que tener en cuenta que la programación para las prácticas mentales debe ser breve en comparación con la práctica física o técnica.
El mayor efecto del adiestramiento para desarrollar las prácticas mentales suele aparecer después de largos períodos de tiempo de ejercitación y aplicación.
·       Capítulo 4:
LA PREOCUPACIÓN SOBRE EL NIVEL DE RENDIMIENTO
Cuanto más preocupados estamos, más tensión sufrimos y mayor es el grado de alteración en nuestra actuación, esto es lo que en deporte se suele denominar, ahogo, y da lugar a que se cometan todo tipo de errores, tanto tácticos como de ejecución y por supuesto mentales.  Avisos y advertencias para indicarnos que estamos comenzando a quedarnos fuera de control:
·         Palpitaciones del corazón, tensión muscular, sensación de fatiga, irritabilidad, sensaciones de frío o calor, sequedad de boca, agarrotamiento de las extremidades, pesadez de estómago, alteración del ritmo cardíaco, distorsión visual, respiración más rápida y agitada, alteración de la voz, temblores y tics en los músculos, continúas ganas de orinar, aumento de la tensión arterial, náuseas y vómitos, y otros síntomas similares.
Por otra parte algunos de los indicios mentales más conocidos son:
·         Confusión, olvido de detalles, incapacidad de concentración, vuelta a antiguos hábitos, incapacidad para tomar decisiones, ausencia ante consejos y otros síntomas similares.
Cada vez que participamos, tanto si es durante una sesión de entrenamiento como de una competición, abrigamos ciertas esperanzas sobre nuestro comportamiento. Si nuestra actuación queda a un nivel inferior al esperado, generalmente comenzamos a preocuparnos, de hecho, las esperanzas vienen generadas por actuaciones pasadas y una cierta realimentación de las ilusiones, lo cual por otra parte no es malo, pues supone que tales actuaciones dan forma a las esperanzas depositadas en las futuras actuaciones. En realidad, la actuación pasada es el mejor elemento de predicción de lo que se espera conseguir en el futuro.
Debido a que nuestros cuerpos solamente pueden responder y siempre de una forma limitada a cualquier factor que estimule nuestra ansiedad, resulta esencial que cada uno aprenda a interpretar cada una de las pistas de forma cuidadosa. Muchos deportistas atribuyen a las manifestaciones físicas y mentales de la preocupación y la ansiedad respecto a su actuación, el significado de que se encuentran mentalizados y preparados para la competición. Ante todo es preciso el saber aprender a distinguir nuestras reacciones de preocupación de las cuales derivan el encontrarse preparado para la competición. La distinción de estos dos aspectos es lo que se ha dado en denominar algunas veces como ansiedad, pudiendo ser esta:
a)      ANSIEDAD POSITIVA.- Es aquella que tiene su origen en la excitación y el sentimiento de permitirse poder conseguir un deseo.
b)      ANSIEDAD NEGATIVA.- Es aquella que tiene su origen en la preocupación y el temor del resultado incierto de la actuación.
Por lo general, la mayoría de nosotros seguimos un proceso general cuando tratamos de resolver situaciones que estimamos problemáticas, es normal que nos sintamos ansiosos al hacer frente a una situación, más normal todavía es que nos sintamos ansiosos y excitados cuando experimentamos alguna angustia y tratamos de analizar la situación basándonos únicamente en experiencias anteriores y en las pistas que tenemos de la situación presente. A partir de este punto, tratamos de unificar nuestra vía de acción desarrollando unas series de defensas mentales y emocionales contra la amenaza existente hacia nuestra autoestima, sin embargo, es posteriormente a este punto cuando la mayoría de nosotros tendemos a movernos en la dirección equivocada.
La mayoría de los textos sobre psicología se valen del término ansiedad, este término tan frecuentemente usado se refiere a la intensidad de la reacción, esta va desde un profundo sueño, a una intensa excitación. Por otra parte la mayoría de los textos sobre motivación hacen mención al grado de ansiedad presente en una situación, a la vez que llegan a la conclusión de que, cuanto más ansioso se encuentra uno, más motivado también se halla. Más adelante realizaré un comentario sobre la problemática que surgió en un seminario sobre Psicología del Deporte y en el cual se aclararon ciertos conceptos sobre ansiedad mala y ansiedad buena.
La ansiedad circunstancial es aquella que existe en un momento dado y se refiere a la reacción que se manifiesta en dos dimensiones; de intensidad y de sentido.
Asimismo la ansiedad circunstancial también ha sido dividida en dos dimensiones adicionales: la corporal y la mental.
El uso del término tensión como causa de reacción ante una amenaza es algo que se ha venido evitando hasta fecha reciente, Hans Selye, un pionero en la investigación sobre la tensión, la definió como la reacción no específica del cuerpo a cualquier sugerencia que se le haga.
L a tensión ha sido con frecuencia, el término utilizado para describir la condición externa que conduce a la ansiedad. Como ejemplo, hablemos del punto de tensión que mejor conocemos; la tensión deportiva o tensión competitiva, significando con ello que es la causa de la ansiedad. Sin embargo, recientemente la tensión se ha convertido en un término que describe la condición antes que la causa, cuando se considera la reacción como vehículo de la conducta.
La mayoría de los entrenadores antiguos son de la opinión que un deportista no se encuentra preparado para actuar, a menos que se encuentre excitado, hiperactivo, etc. Ahora bien, si nos hemos preparado en forma adecuada, tanto física como mentalmente, y confiamos en nuestra capacidad para enfrentarnos con la situación inminente, no es preciso que estemos completamente mentalizados a través de algún medio externo para estar en condiciones idóneas de participar. Obviamente, todos necesitamos un cierto nivel de ansiedad o de estímulo para poder llevar a cabo una labor de cualquier tipo, pero este nivel presenta un carácter altamente individualizado, lo cual supone que para algunos debe ser mucho más elevado que para otros, para llegar a alcanzar un mismo resultado. Nuestra labor por tanto, es poder determinar cuál es el nivel correcto para poder maximizar y rentabilizar este potencial.
Debemos de tener presente que más allá de un determinado nivel de competición, no es el conocimiento físico si no el mental que un deportista aporta, el que principal y realmente cuenta, no somos ni ganadores ni perdedores natos, si no que aprendemos a ser lo que somos, lo cual supone que podemos aprender otras pautas de conducta para sustituir aquellas que no nos sean rentables. Una vez hayamos aprendido a conocer la diferencia entre mentalizarse y obsesionarse, podemos decir que nos hallamos en el buen camino, la obsesión viene provocada por la preocupación y la ansiedad, lo cual nos lleva a un exceso de estímulo, esto por otra parte nos conduce invariablemente a la sensación de ahogo, debemos por lo tanto establecer cuál puede ser nuestro nivel óptimo de estímulo para poder de esta forma maximizar nuestro nivel de rendimiento.
Si la percepción del reto al que nos enfrentamos es mucho mayor que la percepción de nuestra capacidad comenzaremos a mostrarnos preocupados, esto nos conducirá a un exceso de inquietud y a un estado de ansiedad que, y a su vez nos provocará una disfunción y una actuación deficiente, como se puede apreciar, el estado ideal de actuación es aquel en que nuestros conocimientos y capacidades son aproximadamente iguales al reto con que nos enfrentamos, por ello, el establecer objetivos a corto plazo sobre una base regular para mejorar los conocimientos incrementará nuestra capacidad, más allá de este punto, el buscar oponentes que supongan la relación adecuada de reto para nuestras aptitudes, preparará el terreno para poder llegar a un nivel de rendimiento máximo en forma regular.
La preocupación y la ansiedad son casi siempre auto-provocados, lo cual significa que es nuestra propia percepción de la situación lo que crea la mayor parte de nuestros problemas.
Pensar que podemos tener una pobre actuación, puede ser una de las causas de la ansiedad.
Creer en la preocupación y pensar que se supone que somos nerviosos constituye una fuente de ansiedad, algunos deportistas no estiman que se encuentran mentalizados o en disposición de actuar, a menos que experimenten todos los tipos de manifestaciones físicas y mentales de la ansiedad.
Creer que nuestra valía como persona individual depende de nuestra actuación deportiva, puede provocar un tremendo volumen de ansiedad y generar una grave amenaza contra nuestra propia estimación, lo cual conduce a su vez a reacciones físicas y mentales que suponen una interferencia considerable en nuestra actuación.
Con bastante frecuencia se comenta que los deportistas son personas extrovertidas que van detrás del estímulo, es decir, que buscan situaciones en las que concurra mucha acción, rapidez, sonido, color y toda gama de sensaciones
Obviamente se debe aprender más acerca de cuál es nuestra situación en esta línea que une la introversión y la extroversión, esto nos podrá ayudar a establecer unos programas y unos objetivos prácticos más apropiados, también nos resultará de gran ayuda para poder llegar a comprender los motivos por los cuales podamos sentir aburrimiento con cierto tipo de prácticas y ejercicios, el inclinarse hacia uno u otro lado de la línea tiene realmente poco que ver con el deporte en sí y tampoco guarda relación con la capacidad deportiva natural y el talento que podamos poseer, ni por supuesto con nuestras condiciones físicas.
La investigación y los informes facilitados por los deportistas demuestran claramente que los mismos niveles de activación y estímulo generados por sentimientos de temor, irritación, agresión, frustración y preocupación son causas de consecuencias totalmente diferentes para el nivel de rendimiento con unos grados comparables de estímulo que reconocen como origen el reto, la excitación, la alegría, el sentimiento de poder y control, y una predisposición a alcanzar el objetivo propuesto. En lugar de la reacción natural de enfrentarse o escapar, se provoca una reacción de reto, las actitudes positivas generan una elevada energía y un considerable estímulo que facilitan un elevado nivel de rendimiento y nos permiten maximizar nuestro talento y conocimientos. Estas aptitudes no surgen de forma espontánea, si no que por el contrario se desarrollan como resultado de una fuerte dedicación y entrega al descubrimiento y mantenimiento de nuestro nivel óptimo de actuación, solamente nosotros podemos determinar este extremo, debido a que también solo nosotros estamos en condiciones de percibir todo cuanto experimentamos mental y físicamente a medida que practicamos y participamos en competiciones deportivas. Para mejorar, debemos conocer nuestras reacciones y comenzar a asociarlas con nuestra actuación.
·       Capítulo 5:
LA RELAJACIÓN
Desde el punto de vista de la Psicología, a este apartado le comprenderían todas aquellas técnicas que de alguna manera ayuden al deportista a mejorar ciertas conductas que puedan presentarse en el transcurso del entrenamiento o de la propia competición, tales como: ansiedad, depresión, fatiga, irritabilidad, etc.
TÉCNICAS DE RELAJACIÓN
La relajación, se opone al estado de tensión que se suele experimentar en la competición y que produce sensaciones donde se mezclan síntomas psicológicos y fisiológicos los cuales interfieren negativamente en la práctica deportiva.
Una de las muchas cosas que no podremos conseguir por mucho que lo intentemos es el de mantenernos en tensión a la vez que relajados, es imposible, si un músculo se encuentra tenso, aparece contraído y totalmente activo, ahora bien, dado que la más ligera actividad mental o corporal incluye la contracción de algunos músculos, resultaría interesante el poderse fijar en nuestra propia actividad muscular del momento. Si nuestra respuesta es afirmativa, como normalmente ocurre, no nos encontramos tan relajados como suponemos pues siempre tenemos algún músculo en actividad, en conclusión la relajación total y absoluta prácticamente se puede decir que no existe.
Cuanta tensión innecesaria existe en nuestros músculos, y como podremos llegar a saber cuál es nuestro nivel de tensión, como veremos más adelante, Edmund Jacobson el cual desarrolló unos sistemas científicos de relajamiento muscular, se mostró interesado en el relajamiento cuando se encontraba estudiando el start nervioso, y al que cabe definir como la reacción que experimentamos ante algo inesperado; resumiendo, si nos encontramos ansiosos a un elevado nivel, cualquier factor adicional lo llevará a mayor altura.
El tejido muscular solamente actúa en un sentido, es decir, el de tracción, lo cual lleva a cabo acortándose y engrosándose, lo que supone que solamente puede aplicar fuerza en una dirección. Cuando un músculo se tensa en nuestro cuerpo, su opuesto en el par desarrolla una tensión contraria para poder mantener la parte implicada en la posición adecuada, este doble impulso puede provocarnos unos niveles muy elevados de tensión en gran parte del cuerpo, pero suelen pasar inadvertidos para la mayoría de las personas.
La sobrecarga en una situación que provoque ansiedad como es el caso de una competición, puede dar lugar a resultados no deseados, el quedar sin aliento o con la mente en blanco son probablemente los mejores ejemplos.
Cuando hablamos de relajamiento, podemos sinceramente decir que es y qué significado tiene, así pues, el relajamiento significa el abandonarse y no hacer absolutamente nada con los músculos, aun cuando estos no pueden desconectarse de una forma total, se puede conseguir ponerlos en lo que se denomina velocidad ociosa. La situación de relajamiento es por lo tanto y sin lugar a dudas la situación totalmente opuesta a la del movimiento, y el cual viene marcado por una reducción o completa ausencia de actividad muscular totalmente voluntaria.
El relajamiento es el claro exponente de la ausencia de actividad muscular, tratando de llegar con ello lo más cerca posible de la actividad cero.
El relajamiento debe facilitarnos asimismo la recuperación cuando el tiempo de que se dispone para ello es muy breve, como puede ser entre combate y combate. Uno de los problemas que nos podremos encontrar con los ejercicios de relajación es la producción de sueño, pero no debe preocuparnos dado que es un efecto natural.
Aunque existen diferentes tendencias sobre las formas o técnicas del relajamiento, de forma particular las dividiremos en dos categorías o grupos, siendo la primera todas aquellas que se centran principalmente en los aspectos somáticos o que se pueden considerar que van desde el músculo a la mente, el relajamiento neuromuscular científico, el cual será el que analizaremos en mayor profundidad, debido a que se trata del sistema de mayor utilización; la segunda categoría engloba todas aquellas que consideran el relajamiento desde una perspectiva mental, es decir, las que actúan desde la mente al músculo, en estas podemos destacar la meditación trascendental, yoga y otras técnicas orientales, etc.
Una ventaja de aprender a relajarnos con esta técnica es la capacidad de detener lo que se denomina doble pensamiento, la mayoría de nosotros nos hemos encontrado en situaciones en la que nuestros ojos han leído las palabras de un libro página tras página, no obstante cuando hemos terminado no sabemos lo que hemos leído, debido a que hemos estado pensando en algo diferente durante todo el tiempo en que estuvimos leyendo, normalmente y de forma natural e inconsciente relajamos todos los músculos con la sola excepción de aquellos que necesitamos para la labor en cuestión.
LA MEDITACIÓN
La meditación la podríamos definir como una técnica mental para el relajamiento que utiliza como base el enfoque de la mente al músculo.
Durante el tiempo que nuestra atención se centra en la mantra, debemos de permanecer sentados de forma tranquila y cómoda, preferiblemente con los ojos cerrados, este ejercicio debe realizarse por lo menos una vez al día durante unos 5 minutos y de forma muy especial los días de mayor desgaste tanto psíquico, como físico.
La meditación es una forma de conceder descanso al sistema nervioso central, y puede utilizarse en cualquier momento.
REACCIONES DEL RELAJAMIENTO, SEGÚN BENSON
Benson lo explicó en una forma sencilla y asequible, valiéndose de unos principios que son los mismos que para la meditación, debiendo de tener en cuenta que independientemente de que uno se encuentre meditando o practicando la reacción del relajamiento, existen cuatro elementos básicos.
·         PRIMER ELEMENTO.- Es el poder contar con un entorno tranquilo, en el que el estímulo y la distracción de carácter externo sea lo más reducido posible.
·         SEGUNDO ELEMENTO.- Es el de poder contar con algo en que apoyarse o en lo que poder centrar nuestra atención durante el período de relajamiento, Benson sugiere que utilicemos la palabra uno, si nos distraemos, dejemos que así sea, pero volvamos nuevamente al uno.
·         TERCER ELEMENTO.- Es el que se refiere a una actitud pasiva, Benson considera que es este el más importante, debemos de permitir que así ocurra, dejar que los pensamientos e imágenes que acuden a nuestra mente pasen por ella de un modo pasivo, sin intento alguno de prestarles atención, y volver pasivamente a lo que ha sido objeto de nuestra atención, no debemos preocuparnos a cerca de cuantas veces nuestra mente divaga, simplemente dejemos que vuelva pasivamente al objeto que hemos seleccionado para centrar nuestra atención.
·         CUARTO ELEMENTO.- Una posición cómoda es básica para una reacción y resultados positivos en el relajamiento, sin embargo, no debe ser tanto como para llegar a dormirnos, la reacción de relajamiento puede utilizarse de la misma forma que para la meditación.
ADIESTRAMIENTO AUTOGÉNICO
El adiestramiento consiste básicamente en una serie de ejercicios diseñados para producir dos sensaciones físicas: la de ardor (calor) y la de pesadez, algunos especialistas la han denominado como técnica de autohipnosis o autosugestión, y nuestra atención se centra en las sensaciones que tratamos de producir.
Tres posiciones básicas del cuerpo son las recomendadas para el adiestramiento autogénico.
De las tres posiciones del cuerpo, la más fácil sería la primera posición, es decir, es la horizontal, haciendo que la superficie sobre la cual estamos echados sostenga el cuerpo por completo, las piernas relajadas, con los pies hacia afuera, los brazos extendidos a lo largo del cuerpo, los codos ligeramente flexionados, si fuese necesario colocaríamos puntos de apoyo para la parte posterior del cuello, para la parte inferior de la columna vertebral y la parte posterior de las rodillas. Las otras dos posiciones implican el estar sentado, la primera posición de estas dos sería la de estar sentado en una silla de respaldo recto que sea lo suficientemente alto como para servir de apoyo al cuello y parte posterior de la cabeza. La segunda posición sentada sería sobre un taburete, en forma equilibrada, inclinados hacia delante, con los pies firmemente apoyados en el suelo, las rodillas separadas por un espacio igual a la anchura de los hombros y los brazos apoyados sobre los muslos.
LA RESPIRACIÓN
La gran mayoría de las técnicas de relajamiento tienen como base fundamental la respiración. Para controlar nuestra respiración, nuestro foco principal debe centrarse en la inhalación y la exhalación. Este enfoque con respecto al relajamiento, es utilizado por todos los deportistas sin excepción.
COMO UTILIZAR EL RELAJAMIENTO
Se puede y debe utilizar el relajamiento para disminuir la actividad muscular general, eliminar una tensión local, facilitar el descanso, promover el sueño y regular el estímulo para llegar a conseguir niveles óptimos en la maximización del rendimiento.
La mejor forma de aprender es después de la realización de una serie de entrenamiento, ya que se ha demostrado que este es el mejor tranquilizante, por ello, el ejercicio deportivo sea del tipo que sea debe de practicarse en dos tandas claramente definidas, es decir, una ligera de concentración y preparación al comienzo, la cual nos servirá para mentalizarnos en lo que hemos realizado.
Algunas veces vemos durante las sesiones de entrenamiento en lugar de esforzarnos mas, lo que realmente necesitamos es el poder relajarnos y dejar que las cosas sigan su curso natural, pues puede ser y así se ha constatado en multitud de ocasiones, que el aplicar un exceso de esfuerzo a la ejecución de las diversas técnicas, resulta casi siempre contraproducente.
Existen muchas personas que al oír la frase se ha relajado en exceso confunden términos, realmente la culpa no es de ellos, si no de aquel que ha mal utilizado el termino, dado que el relajarse, no significa el caer en el abandono, la desgana, la apatía, etc., en una palabra abandonarse a las circunstancias y que sea la suerte la que designe.
Una considerable ventaja de saber relajarse es la promoción de sueño. El insomnio se encuentra bastante extendido entre los competidores, las técnicas de relajación tienden a eliminar tensiones y pensamientos que mantienen despiertos, al margen de suponer una ayuda para el descanso cuando afecta directamente a la tensión producida momentos antes de una competición.
·       Capítulo 6:
LA CONCENTRACIÓN
Uno de los mayores problemas con los que nos solemos encontrar en la práctica del deporte, es la falta de atención o de concentración, está demostrado que una mente que divaga suele crear lapsus mentales y dar lugar a errores durante la actuación.
Es totalmente imposible concentrarse en la concentración, pues esto anularía todo el proceso.
El deporte, por su propia naturaleza acentúa la concentración, ahora bien, una práctica específica sin lugar a ninguna duda la mejora mas allá de este punto existen grandes diferencias a nivel individual en la capacidad para concentrarse y prestar atención a alguna cosa durante un prolongado espacio de tiempo.
Cuanto mayor sea nuestra capacidad de atención a lo que está sucediendo, mejores serán los resultados de reacción y rendimiento.
La naturaleza del deporte o las exigencias específicas de una posición dada, obligatoria o forzosa, vendrán a alterar la dimensión de nuestra concentración.
La selección de los indicios a los cuales debamos prestarles mayor atención pone de manifiesto otro aspecto más del proceso de atención ningún indicio aislado requiere ser centro de atención durante un prolongado tiempo.
La capacidad de desplazar la atención sucesivamente desde el entorno a la persona y viceversa resulta esencial.
Centrarse en los componentes de la actuación ralentiza la conducta de tal forma que la suavidad, la coordinación del todo o la fluidez de la acción quedan desequilibradas.
El rendimiento máximo se basa en la adquisición de las técnicas y la disciplina necesarias para adoptar las conductas que la situación exige.
La capacidad de darse cuenta de todo lo que ocurre en el transcurso de la competición resulta necesaria para poder llegar al máximo de rendimiento.
·       Capítulo 7:
LA CREACIÓN DE NUESTRAS PROPIAS REPETICIONES INSTANTÁNEAS DE ACTUACIÓN
Es inherente al ser humano la situación de ensoñación, la repetición y creación mental de situaciones, por otra parte, estas situaciones son debidas única y exclusivamente a la imaginación, multitud de personas usan de estos métodos para aumentar su potencial mediante la creación de situaciones imaginarias que posteriormente y según su capacidad podrán llevar a la práctica.
La imaginación puede recrear el pasado de tal manera que puede copiarlo o transformarlo para su adaptación a los estados emocionales deseados.
La imaginación mental implica experimentarlo todo, cualquier aspecto y dimensión en una experiencia total.
La imaginación necesita ser individualizada, por cuyo motivo debemos aprender a interpretar nuestros propios indicios y utilizar aquellos que sean mas efectivos para nuestro fin.
Existen dos ventajas notables en la imaginación:
1.       Cuando de forma mental y consciente podemos excitar y generar impulsos que resulten específicos en la estructura de la reacción necesaria para producir el movimiento.
2.       Cuando las imágenes mentales dirigen y activan la estructura neurológica del nervio para que el cuerpo responda exactamente tal y como le ordena la imaginación.
Otra ventaja positiva de la imaginación es la de poder concebir situaciones y ensayar en la actividad deportiva todo tipo de opciones que posiblemente no sea posible materializar en la práctica.
La imaginación puede mejorar la coordinación y la precisión de nuestra ejecución elevando el nivel de percepción de la posición corporal.
·       Capítulo 8:
LA MEDITACIÓN, LA REFLEXIÓN Y LAS ACTITUDES
La única diferencia entre la buena y la mala actuación es la variación en nuestra meditación, en nuestra reflexión y en nuestras actitudes.
Los pensamientos y actitudes son mentales en su naturaleza.
En general, las actitudes resultan más estables y duraderas que las emociones.
Las reflexiones se parecen mucho a las autosugestiones o a la autohipnosis.
Generalmente los pensamientos son divididos y clasificados en tres grupos:
1.      Los que no nos sirven para el trabajo que nos proponemos.
2.      Los que se centran propiamente en la persona.
3.       Los que se centran solo y exclusivamente en el trabajo que nos proponemos realizar.
Debe destacarse que la detención del pensamiento requiere poseer un elevado nivel de motivación y una percepción idónea de nuestro proceso mental. Primero y fundamental, debemos estar totalmente seguros si realmente queremos eliminar un pensamiento, en segundo lugar, seleccionarlo y separarlo, en tercer lugar, eliminarlo, debemos de tener muy presente, que el eliminar un pensamiento, no significa borrarlo, ni olvidarlo para siempre, simplemente se aparta y archiva.
Son múltiples las formulas o sistemas que para llegar a esto se indican, nosotros y de manera puramente personal, recomendamos principalmente por la experiencia que sobre la misma tenemos y fundamentalmente debido a los resultados conseguidos con ella, es la tratar de superponer a un pensamiento negativo, un pensamiento neutro y otro positivo.
·       Capítulo 9:
LA FIJACIÓN DE OBJETIVOS: REGULACIÓN DE LA MOTIVACIÓN
Debemos tener presente que objetivos diferentes, requieren un volumen de esfuerzo también diferente, los cuales además vienen determinados por las necesidades percibidas para el trabajo. Conviene no olvidar que los objetivos parecen motivar la actuación con mayor éxito cuando se establecen en acciones o términos específicos y cuantitativos en lugar de los de probar con mayor interés, rendir al 100%, concentrase mejor, tener mayor confianza, de ahí que los objetivos siempre deban basarse en nuestra propia capacidad y actuación.
El establecimiento de objetivos debe ser realizado en las tres formas naturales, es decir, a corto, medio y largo plazo. Los objetivos de corto o medio plazo, pueden tratarse de una competición o una situación específica. Aparte de establecer objetivos a nivel de los tres plazos, dichos objetivos y tan solo con el fin de poder rentabilizar mas las situaciones, pueden ser divididas en segmentos, puede ser que algún competidor no pueda concentrarse durante todo el tiempo que dura un combate, en cuyo caso dividir el entrenamiento en segmentos.
Los objetivos afectan la actuación deportiva al dirigir la atención y la energía hacia la labor a desarrollar.
También se ha demostrado que la fijación de objetivos a nivel diálogo, nos facilita la comunicación con el deportista.
·       Capítulo 10:
LA PARTICIPACIÓN DEL PSICÓLOGO DEPORTIVO
Esquema:
1º.- Observación de las relaciones entre alumnos.
2º.- Observación de la relaciones profesor/alumno.
3º.- Observación de la relación entre alumno/padres.
4º.- Trabajo a nivel de escuela o club deportivo.
OBSERVACIÓN DE LAS RELACIONES ENTRE ALUMNOS
Muy importante a nivel de grupo, podrá resultar la observación y el estudio de la dinámica del juego, de la participación y de las interrelaciones positivas y negativas que puedan aparecer en el transcurso de la práctica.
El psicólogo puede ayudar en la formación de líderes para lo que debe disponer de abundante documentación e información.
OBSERVACIÓN DE LAS RELACIONES PROFESOR/ALUMNO
Los niños y adolescentes pasan gran tiempo con sus profesores y mucho de lo que aprenden lo hacen por imitación de lo observado en ellos.
Como modelo, tiene una importancia fundamental; sus cualidades personales, sus capacidades, sus destrezas, etc. pueden ser objeto de identificación para los alumnos.
OBSERVACIÓN DE LA RELACIÓN ALUMNO/PADRES
Charlas individuales, en grupo, incluso invitaciones a presenciar las sesiones de entrenamiento y las propias competiciones, pueden trabajar a favor de la desaparición de tantos absurdos tabúes y miedos que se están padeciendo.
TRABAJO A NIVEL DE ESCUELA O CLUB DEPORTIVO
Las Escuelas o Clubes Deportivos, aunque no siempre encuadrados en las estructuras de los colegios, pueden estar, como una actividad paralela dentro del Departamento de Educación Física y funcionar fuera de las horas lectivas, exigiendo con ello una dedicación extra al estudiante.
Las demandas al psicólogo, suelen ir orientadas hacia la detección y localización de jóvenes talentos, línea de trabajo que hace unos años fue muy solicitada.
·       Capítulo 11:
LA COMUNICACIÓN
Una de las capacidades que mayor desarrollo necesita, puede que sea la comunicación o dialogo, tanto el entrenador como el propio deportista saben cuál es la importancia de contar con un diálogo eficiente y efectivo entre ambos.
La comunicación es un hecho dinámico y debe por lo tanto contemplarse como un proceso de doble dirección, es decir, un procedimiento que implica tanto el dar como el recibir e interpretar mensajes de todo tipo.
Cuando la comunicación es considerada de esta forma el deportista se contempla a sí mismo como persona individual y no como un ente ejecutor simplemente de técnicas y estrategias deportivas.
La mayoría de las veces los problemas importantes, tanto a nivel individual como colectivo, suelen surgir de una comunicación insuficiente, oscura o mal interpretada. Los entrenadores deben crear un ambiente que venga a estimular al deportista a iniciar la comunicación.
El proceso de comunicación implica el tener que enviar un mensaje de tipo individual o colectivo, para posteriormente evaluar el efecto ejercido por el mismo, es decir y visto desde los dos puntos por igual y a la vez, entrenador y competidor, quiero decir que disponemos de una información concreta que deseamos comunicar, el propósito de esta comunicación puede ser para: persuadir, evaluar o valorar la actuación, informar de técnicas o estrategias, motivar y la resolución de problemas.
La comunicación no se produce a menos que el receptor se vea afectado, en alguna medida, por el mensaje que ha sido transmitido.
Tanto las expresiones faciales como el lenguaje corporal o el movimiento influyen sobre la forma de interpretación del mensaje, dado que el receptor del mismo no suele asimilar su contenido sin la interpretación del elemento emocional.
Cuanto más importante consideren tanto el competidor con el entrenador la competición, mayor será el potencial concurrente en una tensión acentuada que se pone de manifiesto durante aquella y se refleja claramente en las estructuras de la comunicación.
La sobrecarga en la información crea también otro problema de comunicación, así pues, determinar cuanta información puede manejar un deportista en un período de tiempo o en una situación específica es muy importante para el nivel de rendimiento y, por tanto el entrenador debe aprender a reservar sus observaciones para los momentos en que existen limitaciones de tiempo o durante situaciones de presión.
También puede producirse una interrupción en la comunicación si los mensajes transmitidos son siempre negativos.
Otros de los momentos que induce a fallo en la competición, es aquel cuando tanto el competidor como el entrenador no interpretan o no comprenden el mensaje.
La comunicación resulta ineficaz cuando el centro de atención se encuentra en un punto que no es de la labor que se está realizando.
·       Capítulo 12:
LA VERIFICACIÓN Y LOS CONTROLES
Muchos de los cambios que se producen suelen tener un carácter sutil y pueden pasar inadvertidos, a menos que prestemos una atención específica a las diferencias cotidianas.
Lo primero que debemos incluir en nuestras anotaciones son los objetivos perseguidos, anotemos de esta manera y en primer lugar los de largo plazo, seguidos por los de medio y corto plazo, los cuales deben incluir todos los aspectos de la actuación, del adiestramiento y todas las consideraciones que estimemos pueden ejercer algún tipo de influjo sobre la primera.
Así pues, deberemos cada día anotar todo aquello que de algún modo consideremos que influye en nuestra actuación.
·       Conclusión:
Ciertamente se requerirán semanas, meses e incluso en algunos casos años de esfuerzo sistemático y continuado para lograr integrarnos al completo y poder así ajustar todos los componentes necesarios para poder conseguir maximizar nuestro potencial de actuación deportiva. La ampliación de conocimientos debe ser constante, dado que la investigación continúa y no podemos estancarnos en unas creencias y costumbres que la prueba tangible de esta investigación de nuevos métodos y prácticas es la continuada superación de marcas en todos los deportes.
En definitiva, la esperanza e ilusión de poder aportar un peldaño más en esta inmensa escalera del conocimiento, es lo que nos ha decidido y alentado a poder realizar y terminar este proyecto de mas de dos años de duro trabajo, estudio e investigación.




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